La niña que amaba las cerillas

Gaetan Soucy

Editorial:  AKAL

Fecha de publicación: 2001

Nº de  páginas:  160  págs.





_Escucha esto:
"Mi hermano y yo tuvimos que hacernos cargo del universo, pues una mañana, sin avisar, poco antes del alba, papá entregó su espíritu"
"Un día padre sorprendió a hermano que estaba metiendo el dedo en la confitura de pepinillos en un momento en que no convenía sustentarse"

_ Un  lenguaje brillante 

_ Si, una  prosa hermosa, culta, vulgar,  irreverente,  jocosa para una novela oscura, sucia, aberrante

_ Todo mezclado? 

_ Si, el lenguaje es una mezcolanza, lo más agradable del libro, la historia.....siniestra

El narrador de este relato es un adolescente de edad incierta que ha vivido toda su vida entre una mísera cocina y un cobertizo de madera que se cae a pedazos (donde está el justo castigo) en un decrépito caserón, aislado completamente del mundo exterior. La terrible historia de un hombre perturbado que ha creado para sus hijos un mundo horrible, donde a las mujeres se les da el nombre genérico de putas y santas vírgenes aunque los hermanos no saben donde está la diferencia puesto que nunca han visto un espécimen de ninguna de las dos.

Su primer encuentro con el “prójimo semejante” le descubre que es una mujer, y no un hombre que ha perdido los cojones como él pensaba.

Tengo una sensación de repugnancia total, no estaba preparada para una lectura semejante.

El buen hijo

Ángeles González-Sinde

Editorial:   PLANETA

Año publicación:  2013

N. Páginas:   320

A sus 37 años Vicente sigue compartiendo vida y negocio con su madre. Quiere que todo cambie, pero no sabe cómo hacerlo. A pesar de ser un tipo al que todos aprecian, tiene un importante talón de Aquiles: su indecisión y su afán por complacer a todos, lo que le lleva a enmarañarse en relaciones afectivas confusas. Un accidente doméstico deja a su progenitora impedida temporalmente, momento que Vicente aprovecha para revolucionar su vida de la manera menos inteligente posible: enamorándose de Corina, la asistenta, cuya personalidad no es tan clara como parece.


Vicente es lo que se dice un "pan sin sal" un hombre demasiado gris que tiñe todo el libro de ese color, algo bastante anodino.

Tengo la sensación de que no me ha aportado nada.