Herman Koch
Editorial: Salamandra
Fecha de publicación: 2010
Nº de páginas: 352
Es de esos libros que no se olvidan fácilmente. La zozobra moral a la que te somete es impresionante.
Marc Schlosser médico de cabecera en Ámsterdam, con un amplio historial de buenos pacientes, que confían plenamente en su medicina y en su encantadora oratoria.
Cuando uno de sus pacientes, el famoso actor Ralph Meier, lo invita a pasar unos días de verano junto a su familia, Marc acepta pese a las reticencias de Caroline, su esposa, molesta por la arrogante vulgaridad de Ralph y su actitud de seductor irresistible. Así, los Schlosser y los Meier, con sus respectivos hijos adolescentes, compartirán con un maduro director de Hollywood y su novia, cuarenta años más joven, una casa con piscina a pocos kilómetros de una playa.
El médico es un cínico sí, pero lo es desde el principio, a medida que leemos descubrimos que los demás personajes no son lo que parecen; ni los buenos son tan buenos, ni los malos tan malos, ni los inocentes son tan inocentes. Incluso el personaje menos relevante de todos, la suegra de Ralph, se descubre como determinante.
Tengo una sensación de sacudida moral.
Muy agradecido Sr. Koch.
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